La pelea se definió por puntos en favor del boxeador australiano, pero el resultado en las tarjetas no borra lo más importante: “El Picante” dio batalla hasta la última campana, dejando bien alto el orgullo de su barrio Almirante Brown y el nombre de su ciudad natal.
Mucho más que un boxeador
Quienes lo conocen de cerca saben que Jorge, o “Jorgito” para sus amigos, es más que un luchador sobre el cuadrilátero. Es un tipo de barrio, de familia, de principios firmes. Lleva consigo, a cada rincón del mundo donde le toque pelear, la bandera de su origen, el cariño por su gente y los valores que lo formaron.
Solidario, agradecido, orgulloso de su club, de sus raíces y de quienes lo acompañan desde siempre, Bermúdez demuestra que el verdadero guerrero no se mide solo por sus victorias, sino por su capacidad de mantenerse firme, leal y humilde en cada paso del camino.
Una derrota que también es crecimiento
Perder por puntos nunca es sinónimo de fracaso para un boxeador que pelea con el alma. Cada combate profesional suma experiencia, fortalece la trayectoria y reafirma el compromiso con el deporte y con uno mismo. En ese sentido, lo de Jorge en Australia fue otra muestra de carácter y constancia.
Con información Alejandro Quintana
Redaccion de 7Paginas