Olivera advirtió que el exceso de información y la constante exposición a estímulos pueden provocar confusión, agotamiento emocional e incluso aislamiento social. En línea con reflexiones del Papa León XIV, señaló que las redes sociales pueden generar una especie de “bulimia emocional”, en la que el consumo desmedido de contenidos termina por saturar y desgastar a las personas.
Comunicación que cura, no que hiere
Frente a este escenario, el profesional sostuvo que es clave utilizar las palabras como herramientas de sanación, fomentando el diálogo que construye y evitando el que hiere. “La sociedad necesita un proceso de curación frente a la sobrecarga emocional y la exposición a imágenes falsas o distorsionadas de la realidad”, afirmó.
El rol de la empatía y el respeto
Entre las soluciones posibles, Olivera planteó:
Practicar la empatía, comprendiendo y compartiendo los sentimientos de los demás para generar vínculos más sólidos.
Fomentar la comunicación respetuosa, basada en la consideración mutua para promover ambientes positivos.
Buscar un equilibrio entre la conexión digital y el contacto humano, reduciendo la saturación informativa y favoreciendo la salud mental.
“Si logramos comunicarnos de forma constructiva, podremos generar cambios reales y positivos en la sociedad”, concluyó Olivera, invitando a repensar la manera en que interactuamos en lo cotidiano, tanto en el espacio físico como en el virtual.
Redaccion de 7Paginas