El sincericidio, registrado en Análisis Digital y replicado en otros portales, expuso crudamente cómo funciona la rosca legislativa: nombramientos a dedo como favores políticos, trueques de cargos y el clásico “vos me das, yo te doy” que marca la dinámica del poder en la provincia.
Sin embargo, la confesión que parecía marcar un quiebre quedó, al parecer, en el archivo. Porque esta semana, en Concordia, Giano volvió a mostrarse sonriente junto al propio Adán Bahl y a Guillermo Michel —sí, el mismo a quien desde La Libertad Avanza señalaron como “coimero” en el escándalo de las SIRA—.
Foto, choripán y olvido
La escena fue más que elocuente: acto político, charlas distendidas, choripanes y tortas fritas de por medio. Nada de distancias ni reproches. El arrepentimiento de ayer quedó tapado por la foto de hoy.
En la imagen, difundida con orgullo por la militancia, se los ve juntos, cómodos, como si la frase de Giano jamás se hubiera pronunciado.
La coherencia, en oferta
Lo que para cualquier ciudadano común sería una contradicción, para buena parte de la dirigencia entrerriana es apenas parte del juego.
Ayer, se admite un favor indebido y se promete no repetirlo.
Hoy, se vuelve a posar con los mismos protagonistas del “arrepentimiento”.
Mañana, si conviene, se dirá que fue un error del pasado y se reescribirá el guion.
Mientras tanto, la política provincial parece girar en un loop eterno de roscas, favores cruzados y alianzas de ocasión, donde los arrepentimientos duran lo que tarda en servirse un choripán y la foto siguiente marca el nuevo rumbo.
Y la ciudadanía, una vez más, queda mirando desde la vereda de enfrente, preguntándose si la palabra “me arrepiento” es convicción… o simple estrategia de campaña.
Con información de La Caldera
Redaccion de 7Paginas