Hoy más que nunca, la política requiere formación, colaboración, transparencia y trazabilidad. Al igual que en cualquier profesión, se necesitan saberes específicos: sería impensable que un médico levantara un edificio sin conocimientos en construcción; del mismo modo, un político sin preparación ni vocación de servicio puede generar consecuencias negativas para la comunidad.
El descreimiento ciudadano tiene raíces concretas: escándalos de corrupción, promesas incumplidas y funcionarios alejados de la ciudadanía, que solo reaparecen durante las campañas electorales. Esta desconexión ha generado un malestar social profundo, donde la política se percibe como un mundo distante y desinteresado por el bienestar colectivo.
Es momento de que los futuros electos y funcionarios interpreten esta desconfianza como un llamado a la vocación de servicio real. Deben estar dispuestos a atender las demandas de los ciudadanos, recorrer el territorio, escuchar y co-crear políticas públicas. La política debe ser inclusiva, participativa y orientada a proyectos sólidos, del pueblo y para el pueblo.
En Concordia, como en toda la Argentina, recuperar la confianza en la política es un desafío urgente que requiere compromiso, formación y acción concreta. Solo así se podrá construir un Estado más cercano, eficiente y confiable para todos los ciudadanos.
Nota de opinión, Por Marcelo Cresto, dirigente y entrenador deportivo
Redaccion de 7Paginas