Según relató a un cronista de 7Paginas, el hecho ocurrió alrededor de las 9 de la mañana, cuando Rondan —integrante de la comisión directiva de ATE provincial y también de la seccional Concordia— concurrió al sector de cocina. Allí fue interceptada por una mujer de apellido Burgos, quien, bajo insultos, le arrojó en el rostro lo que sería gas pimienta u otra sustancia similar.
“Enseguida no sentí nada y ahí es cuando esta mujer aprovecha para intentar agredirme con golpes de puños, pero por suerte las personas que estaban ahí lograron rescatarme”, contó la dirigente.
Tras el ataque, Rondan fue asistida por personal policial y trasladada al área de enfermería del hospital. “Después comienzo a sentir que me empieza a quemar la cara, sentía que se me caía a pedazos. Las enfermeras me suministraron leche y me lavaron el rostro con agua para la irrigación, además me colocaron gazas que es lo aconsejable para estos casos”, explicó.
La dirigente atribuyó el origen del conflicto a diferencias de larga data. “Ellos consideran que yo no permití que trabajara en suplencias en el hospital, pero están equivocados. Fue la dirección del hospital la que determinó que no podía hacerlo por su mala conducta, ya que tenía denuncias penales. Sin embargo, se la tomaron conmigo”, detalló.
En este sentido, Rondan recordó que ya había presentado cinco denuncias a la dirección del hospital alertando sobre amenazas previas. “El interventor del hospital y la dirección estaban al tanto, pero me dejaron sola. Y no solo ellos, también desde ATE provincial, porque el secretario general Muntes sabía de estas amenazas”, cuestionó.
Finalmente, confirmó que junto a tres testigos ya radicó la denuncia policial y que, junto a su representante legal, avanzará en una denuncia judicial contra su agresora.