Palacio, de 36 años, había informado esa noche que realizaría un “traslado ejecutivo” hacia Córdoba. Horas más tarde, su vehículo —un Toyota Corolla blanco con techo negro— apareció totalmente incendiado en un descampado de Villa Retiro, sobre el camino de Altas Cumbres, en la capital cordobesa. Desde ese momento no se supo más de su paradero.
Restos hallados en Concordia y Rosario del Tala
El macabro avance de la investigación incluyó el hallazgo de restos humanos en Concordia y Rosario del Tala. La autopsia realizada por peritos de la Morgue Judicial de Paraná había determinado inicialmente que el cuerpo presentaba un orificio de entrada en el cráneo compatible con una herida de arma de fuego.
Ese dato fue decisivo para reconstruir la secuencia del crimen. Según los investigadores, Palacio habría sido asesinado de un disparo en la cabeza y descuartizado, para luego distribuir sus restos en bolsas de basura en distintos puntos de la provincia.
La ruta criminal de Pablo Laurta
La Justicia sostiene que Laurta fue el último pasajero del remisero. El uruguayo habría pagado el viaje hacia Córdoba con el objetivo de cometer el doble femicidio por el cual hoy se encuentra detenido en una cárcel de máxima seguridad.
Pocas horas después del crimen de Palacio, Laurta asesinó a balazos a su expareja, Luna Giardina (26), y a la madre de ella, Mariel Zamudio (54), ambas residentes en Córdoba. Luego escapó junto a su hijo y emprendió una fuga de casi 700 kilómetros que terminó el 12 de octubre en un hotel de Gualeguaychú, donde fue detenido.
Un historial de violencia que no fue frenado
Luna Giardina había denunciado reiteradas veces a Laurta por violencia de género y amenazas. Contaba con una orden de restricción y un botón antipánico, medidas que no lograron evitar el brutal desenlace.
Por estos hechos, Laurta enfrenta causas simultáneas en Córdoba y Entre Ríos: por el doble femicidio, por el homicidio y desmembramiento del remisero, y por la fuga posterior con su hijo menor.
Un caso que conmociona a dos provincias
Con la confirmación del ADN, la familia de Martín Palacio recibió la noticia que temían desde hacía semanas. La investigación continúa para establecer la cronología exacta del crimen y determinar si Laurta actuó con ayuda de otras personas.
El caso generó una profunda conmoción tanto en Entre Ríos como en Córdoba y reavivó el debate sobre la eficacia de las medidas de protección para víctimas de violencia de género.
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