Las restricciones en el suministro de GNC en distintas estaciones de servicio del país no se verificó en Paraná, según aclaró la distribuidora Redengas.
“Dada las inusuales bajas temperaturas que se han venido dando en estos últimos días, se ha producido un fuerte incremento de la demanda prioritaria (domicilios y comercios) con lo cual existe un déficit en la provisión de gas, que no alcanza para abastecer todos los consumos y eso ha llevado al corte de suministro a usuarios interrumpibles (industrias, estaciones de GNC y centrales térmicas), fundamentalmente en la provincia de Buenos Aires y en el sur del país, con el fin de resguardar el servicio a hogares y a comercios”, indicó la distribuidora local.
En ese marco, agregó, a esa situación “se sumó hace 24 horas un problema en el sistema de transporte que llevo a agudizar los cortes en la noche del martes y este miércoles, viéndose afectados también usuarios interrumpibles de provincias tales como Córdoba, Santa Fe e incluso Entre Ríos”.
“Esta situación, que debería solucionarse en las próximas horas, no afecta, por el momento, a nuestros usuarios industriales y estaciones de GNC dado que los mismos cuentan con servicios firmes. En consecuencia, queremos trasmitir tranquilidad a nuestros usuarios de que el suministro se presta con total normalidad. Toda novedad en contrario será oportunamente informada”, aclaró Redengas.
Mientras, en el país se asiste a una situación insólita.
Después de una semana de bajas temperaturas, el sistema de provisión de gas, que operaba al límite, entró en la noche del martes en estado de emergencia y derivó en el corte total de suministro a más de 300 industrias y cientos de estaciones de servicio de GNC en todo el país.
Un comité de emergencia formado por representantes del Gobierno y de las empresas se reunió este martes a las 22 para asegurar que el consumo residencial no quede afectado.
Durante todo el día de ayer hubo reparto de culpas. En primer lugar, emerge una situación exógena como las atípicas bajas temperaturas del otoño. Esto derivó en que el consumo de gas residencial aumente sin escalas de 45 millones de metros cúbicos por día (m3/d) a 70 millones.
A eso se le sumó un gobierno que transita sus primeros meses de gestión y que todavía no terminó de hacer un diagnóstico de la situación heredada.
El 10 de diciembre pasado, cuando asumieron las nuevas autoridades, el gasoducto Néstor Kirchner no estaba terminado. Faltaba la instalación de las tres plantas compresoras que permiten, como dice su nombre, comprimir el gas para duplicar la capacidad de transporte. Para esta altura del año, el gasoducto debería estar transportando 22 millones de m3/d de producción nacional, en vez de los 11 millones con los que opera actualmente.
“Si el gobierno anterior no hubiera demorado los pagos a los contratistas y la importación de equipamientos de las plantas compresoras Tratayén, Salliqueló y Mercedes, hoy tendríamos capacidad para inyectar 10 millones de m3/d más desde Vaca Muerta”, mastican bronca en la gestión actual.
Las empresas constructoras dicen que advirtieron sobre esta situación en diciembre pasado, pero el Gobierno priorizó cuidar el superávit fiscal y frenar la obra pública.
“Aunque a partir del 10 de diciembre se hubiera resuelto ese inconveniente heredado (sin haber hecho el debido análisis del caso), las plantas compresoras no hubieran estado terminadas”, contestan en el gobierno de Javier Milei.
Sumada a esta situación, la empresa estatal Enarsa contrató de emergencia un cargamento de gas natural licuado (GNL) para abastecer los picos de demanda con 44 millones de m3. Lo hizo sin licitación y por compra directa a Petrobras, la petrolera con control estatal brasileño, según contó Econojournal.
Hasta este martes a las 16, se esperaba que el cargamento de Petrobras se arrimara al puerto de Escobar, donde está emplazado el buque regasificador de la empresa Excelerate, que convierte el gas de estado líquido a gaseoso para inyectarlo en el sistema. Sin embargo, el barco de GNL nunca se aproximó, pese a estar a unos pocos metros. Tenía órdenes de no hacer la descarga hasta que se le hiciera el pago de US$22 millones.
Enarsa había realizado el pago el viernes pasado, a través de una carta de crédito emitida por el Banco Nación (BNA), confirmada por un banco alemán y emitida en los términos pedidos por Petrobras. El mismo banco alemán ya había emitido una carta de crédito igual para un cargamento de otro proveedor, pero Petrobras objetó una cláusula. En el Gobierno todavía no entienden qué pasó. Sus pares en Brasil no dieron explicaciones. La tensa relación entre ambos países tampoco ayudó a agilizar los trámites.
Por la tarde de ayer, tanto la canciller Diana Mondino, como el presidente de Enarsa, Juan Carlos Doncel Jones, llamaron por teléfono al embajador de Brasil en la Argentina, Julio Bitelli, para pedir ayudar para acelerar los trámites. “No hay ningún problema político, fue un tema comercial que se retrasó por los requisitos legales. La primera carta de garantías estaba incompleta. Intervenimos para ayudar a ver qué estaba pasado y se solucionó”, dijo el embajador brasileño a La Nación.
Recién hoy a la mañana, Enarsa confirmó que la nueva nota de crédito había sido aprobada y que el barco de Petrobras se había arrimado al puerto. La descarga del GNL comenzó pasadas las 11.30.
(Entre Ríos Ahora)