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Amanecer en el Naranjal de Pereda: un rincón encantado a orillas del río Uruguay

El otoño, con sus temperaturas suaves y su luz dorada, regala postales únicas en la ciudad de Concordia. Uno de esos lugares que parecen detener el tiempo es el histórico Naranjal de Pereda, un sitio cargado de memoria y belleza natural que invita a contemplar los primeros rayos del sol desde la costa del río Uruguay.
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En las primeras horas del día, el murmullo del agua se mezcla con el canto de las aves y el suave aroma de la vegetación ribereña. Las ruinas del antiguo naranjal —una estructura que recuerda a un castillo y forma parte del patrimonio histórico de la ciudad— se levantan como testigo silencioso del pasado, allí donde se comenzó a escribir parte de la historia de Concordia.

Desde ese mirador natural, el paisaje se completa con la vista privilegiada de la vecina ciudad de Salto, en Uruguay. Concordia y Salto, separadas por el río, pero unidas por la geografía, la cultura y la vida cotidiana. El río Uruguay, en su noble y serena misión, no divide: une. Une pueblos, une historias, une amaneceres compartidos a ambas orillas.

Este rincón, poco a poco redescubierto por vecinos y turistas, se convierte cada vez más en un refugio para quienes buscan reconectar con la naturaleza, la historia y la paz de un paisaje entrerriano que emociona. En tiempos donde lo cotidiano muchas veces corre sin pausa, lugares como el Naranjal de Pereda nos invitan a frenar, respirar y simplemente mirar.

Fotos: Marcelo Cortiana

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