Cinto estudia Ingeniería Mecánica en la Universidad Nacional de Rosario (UNR), y fue en el marco de la cátedra “Síntesis de Mecanismos y Máquinas” donde nació el proyecto que lo catapultó al reconocimiento mundial: una innovadora «llave egipcia» inspirada en un antiguo sistema de cerraduras utilizado en el Antiguo Egipto. Este dispositivo fue ideado para resolver un problema concreto planteado por la NASA: un mecanismo capaz de bloquear de forma segura segmentos de estructuras espaciales al momento de su ensamblaje en órbita, sin depender de comandos externos y soportando las duras condiciones del despegue.
“El concurso se nos presentó como un trabajo práctico. Nunca imaginé que iba a terminar siendo premiado por la NASA. Compitieron ingenieros y diseñadores de todo el mundo. Fue un gran desafío”, relató el joven, quien se enteró de su premiación en una sala de espera médica, donde no podía contener la risa de la emoción mientras los demás pacientes lo miraban sin entender lo que pasaba.
Además de su propio reconocimiento, Cinto vivió una anécdota especial: su propio profesor también participó del certamen y quedó en el tercer puesto, demostrando que el talento de los estudiantes argentinos puede incluso superar al de sus mentores. “Me felicitó mucho y me invitó a dar una charla en la escuela de mecánica sobre creatividad e innovación”, recordó.
Benjamín forma parte de una familia de seis hermanos, todos con formación en instituciones públicas. “La educación pública fue clave en mi vida y en la de mis hermanos. Sin ella, jamás habríamos tenido estas oportunidades. Creo que es el gran igualador en este país”, expresó. En su trayectoria, pasó por la Escuela 1 Guillermo Rawson y la Técnica 2 Pbro. José María Colombo antes de llegar a la UNR.
El mecanismo ganador fue diseñado en modelado 3D, con un sistema que bloquea al entrar en contacto y cumple con los estrictos requisitos del concurso: baja masa (menos de 1 kilo), activación autónoma y alta resistencia estructural. Su hermano menor fue quien le sugirió que el diseño era similar a las cerraduras egipcias, y de allí el nombre “llave egipcia”.
El reconocimiento de la NASA a un estudiante entrerriano no sólo es un orgullo para su ciudad natal, sino también un fuerte mensaje sobre el valor de la educación pública, en momentos donde este tema se encuentra en el centro del debate nacional.
Benjamín Cinto, con humildad, dedicación y pasión, es hoy uno de los nombres que demuestran que, desde cualquier rincón del país, el talento argentino puede llegar incluso hasta las estrellas.
Con informacion de NOVA
Redaccion de 7Paginas
