Recuperación de la planta y mejoras implementadas
Benítez recordó que al asumir la actual gestión municipal, la planta presentaba un estado de deterioro significativo. Para revertir esa situación, se realizó un proceso de acondicionamiento y reorganización, incluyendo la venta de materiales acumulados, cuyos fondos fueron reinvertidos en mejoras para la propia planta.
“Se ajustaron varios detalles y se sumó más personal, lo que permitió que la planta sea totalmente operativa y pueda tratar los residuos de manera eficiente”, afirmó el funcionario.
En este sentido, destacó que si bien la planta no está diseñada para generar ganancias, su función principal es prevenir el impacto ambiental. “Lo ideal es que todo lo que pase por la planta pueda ser clasificado y separado, evitando así que termine en un vertedero a cielo abierto”, explicó.
Trabajo en el vertedero y nuevas proyecciones
Además del reacondicionamiento de la planta, el municipio está llevando adelante mejoras en las celdas del vertedero a cielo abierto. Según explicó Benítez, esto permitirá reducir el impacto ambiental del lixiviado de materia orgánica y evitar su llegada al Lago Salto Grande, contribuyendo así a mejorar la calidad del agua del río Uruguay.
Una nueva etapa: la gestión cooperativa
Pensando en el futuro del sistema de tratamiento de residuos en la ciudad, Benítez adelantó que se trabaja en un nuevo modelo de administración, basado en la participación de una cooperativa conformada por personas capacitadas técnicamente en el manejo de la planta.
“Estamos cerrando una etapa en la que pusimos la planta a punto. Ahora viene la segunda fase, que es definir quiénes pueden llevarla adelante con un modelo sustentable, posiblemente bajo la figura de una cooperativa”, concluyó.
Redacción de 7Paginas