Según confirmaron desde la policía, la Fiscalía en turno dispuso el traslado del cuerpo a Concordia para la correspondiente autopsia. El comunicado policial difundido señalaba escuetamente la situación bajo la carátula “persona fallecida por autodeterminación”, aunque generó polémica por incluir la dirección de la vivienda en la que ocurrió el hecho y abre el interrogante: cual es el fin de informar que una joven mujer se suicido en tal o cual lugar?
Críticas al tratamiento mediático
El episodio expuso una problemática recurrente: la cobertura mediática de los suicidios. Algunos portales de la ciudad publicaron incluso fotografías de la víctima, lo que fue calificado por la comunidad como un acto de amarillismo y falta de profesionalismo.
Vecinos y profesionales de la salud mental de esa ciudad, señalaron a 7Paginas que este tipo de publicaciones profundizan el dolor de los familiares y allegados, sobre todo cuando la joven pertenecía a una familia de relevancia pública en Federación.
Las guías de comunicación recomiendan no difundir imágenes ni detalles sensibles, y en caso de informar, hacerlo con la mayor prudencia, priorizando siempre la intimidad y el respeto hacia el entorno de la persona fallecida.
Claves para un abordaje responsable
Especialistas recuerdan que: La notificación debe llegar primero a la familia, a través de profesionales o allegados cercanos.
La primicia nunca puede estar por encima del respeto al dolor y al duelo.
Publicar fotografías de la víctima o datos innecesarios constituye un agravio para los seres queridos.
Se deben evitar entrevistas invasivas o coberturas que profundicen el sufrimiento.
En este caso, la reacción ciudadana volvió a poner sobre la mesa la necesidad de un código de responsabilidad comunicacional frente al flagelo del suicidio, una problemática compleja que requiere contención, acompañamiento y respeto.
Redacción de 7Paginas