7PAGINAS

Guillermo Michel impone su candidatura: Entre Ríos a merced de la vieja política

La interna del peronismo entrerriano vuelve a estar marcada por una profunda crisis de representatividad y un estilo político verticalista que impone nombres desde los altos despachos sin participación genuina de las bases. En este contexto, Guillermo Michel, exdirector general de Aduanas, aparece como el candidato promovido desde el poder central, pese a su vinculación con polémicas operaciones con el dólar oficial en millonarias importaciones.
Picture of Redacción 7Paginas

Redacción 7Paginas

Facebook
Twitter
WhatsApp

El ascenso de Michel dentro del espacio justicialista provincial simboliza una forma de hacer política que muchos consideran agotada: acuerdos entre cúpulas, negociaciones entre dirigentes con intereses más económicos que sociales y escasa conexión con los reclamos ciudadanos. Su candidatura, impuesta sin debate ni consulta con la militancia, profundiza la distancia entre la dirigencia y la base peronista.

Junto a él, Laura Stratta representa la continuidad con el modelo de poder hegemónico. De pasado urribarrista, aliada luego de Gustavo Bordet, y hoy férrea defensora de Michel, su trayectoria está empañada por denuncias de irregularidades administrativas y cuestionamientos en el manejo de contratos durante su gestión en el Senado provincial.

Otro nombre que reaparece es el de Eduardo Lauritto, histórico dirigente oriundo de Concepción del Uruguay, cuya carrera también ha estado atravesada por controversias judiciales, incluyendo demandas millonarias contra el municipio que gobernó. Su perfil responde a una lógica política orientada al control territorial más que al desarrollo social.

En tanto, Adán Bahl, exintendente de Paraná, arrastra el peso de múltiples denuncias por corrupción y su presunto involucramiento en la recordada causa de los contratos truchos de la Legislatura entrerriana, lo que ha dañado seriamente su credibilidad ante la opinión pública.

La designación de Michel como figura principal para disputar el liderazgo del PJ entrerriano ha generado molestia y frustración en los sectores militantes, quienes ven nuevamente cómo se repiten las viejas prácticas del “dedazo”, sin internas abiertas ni construcción colectiva.

Entre Ríos necesita una renovación profunda en su dirigencia, que surja de la base, con compromiso social, transparencia y contacto con la realidad provincial. La imposición de candidaturas sin debate interno no solo ahonda la crisis de representación, sino que también pone en riesgo la identidad histórica del movimiento justicialista.

El mensaje es claro: el peronismo entrerriano debe elegir entre perpetuar un modelo de poder decadente o reconstruirse desde la militancia, con ética y verdadera vocación de servicio.

Con información de NOVA

Redacción de 7Paginas