Alarma y rápida intervención
Según lo informado a 7Paginas, el rector de la institución, Gustavo Ballestero, fue quien se presentó en la Jefatura Departamental de Policía cerca de las 10:25 hs, tras tomar conocimiento del hecho a las 10:00. En su denuncia, informó que el menor habría llevado las municiones y las habría repartido a algunos de sus compañeros.
La alarma creció aún más cuando la madre de uno de los alumnos también se acercó a realizar una denuncia, ya que su hijo habría recibido uno de los cartuchos de escopeta. De inmediato, el rector resguardó los elementos en su oficina, y más tarde fueron secuestrados por orden de la Fiscalía.
Cartuchería de origen militar
Tras las averiguaciones preliminares, se pudo establecer que el padre del niño, identificado como Ariel Aguirre, es Sargento Primero de Gendarmería Nacional, y sería el origen de la cartuchería. La fiscal interviniente, Dra. Natalia Conti, ordenó el secuestro de los cartuchos, la entrevista al rector, a la madre denunciante, y al padre del menor, quien además deberá presentar su credencial como personal de fuerzas de seguridad.
El material secuestrado incluye 26 cartuchos calibre 9 mm marca Magtech, sin percutar y en su caja original, y 1 cartucho calibre 32 también sin percutar. La Policía Científica, específicamente la Sección Balística, tomó intervención para analizar los elementos.
Una situación que abre muchos interrogantes
Este hecho, que podría haber tenido consecuencias graves, ha generado conmoción en la comunidad educativa y pone en el centro del debate la tenencia de armas y la responsabilidad en su resguardo dentro del ámbito familiar, sobre todo cuando hay niños involucrados.
Las autoridades judiciales y policiales continúan investigando para esclarecer cómo el menor tuvo acceso a las municiones y qué medidas se tomarán respecto a los responsables adultos.
