Sartilli explicó que la violencia económica se ha convertido en uno de los principales obstáculos a la hora de solicitar ayuda. “Muchas mujeres siguen soportando situaciones de violencia porque temen quedarse sin nada, sin la plata necesaria para poner la olla y alimentar a sus gurises”, señaló durante la entrevista.
Falta de programas y retrocesos en políticas públicas
La funcionaria lamentó la eliminación de programas nacionales que brindaban apoyo a mujeres en situación de riesgo. Recordó que, antes de la disolución del Ministerio de las Mujeres, existían subsidios temporales y dispositivos de contención que facilitaban la separación del agresor y permitían iniciar un proceso de recuperación en un entorno seguro.
Según explicó, la falta de ese respaldo estatal profundiza la dependencia económica y emocional. “Retrocedimos muchos años. Se erradicaron recursos que eran fundamentales para salir de un círculo violento”, aseguró.
Crecimiento de las denuncias en todos los sectores sociales
Sartilli subrayó que la violencia de género atraviesa a toda la ciudad, sin distinción de zonas ni niveles socioeconómicos. Indicó que las denuncias y consultas no solo provienen de los barrios, sino también de sectores medios y altos.
“El no pago de cuotas alimentarias es una de las consultas más frecuentes. Hay responsabilidades incumplidas en todos los ámbitos, no solo en los barrios”, remarcó.
La intervención de la justicia y la articulación local
La titular del CIAF destacó que la justicia responde con rapidez frente a las denuncias, dictando medidas de protección de manera ágil. También valoró el trabajo conjunto con la Comisaría de Minoridad y Mujer. Señaló que, debido al tamaño de la ciudad, ante la activación de un botón antipánico la policía suele llegar de inmediato.
Sin embargo, advirtió que Federación no cuenta con un refugio para víctimas. Solo existe un espacio de resguardo temporal por 72 horas, lo que obliga a encontrar soluciones familiares urgentes. “Teníamos un proyecto avanzado para construir un refugio, pero quedó truncado”, lamentó.
Talleres, contención y un trabajo silencioso
Frente a este panorama, el CIAF sostiene talleres obligatorios para mujeres y para hombres que han ejercido violencia. Los encuentros buscan fortalecer emocionalmente a las víctimas, promover nuevas formas de crianza y trabajar con los agresores en la identificación y modificación de conductas violentas.
Sartilli mencionó que el equipo también articula turnos psicológicos con el hospital y aborda diversas problemáticas vinculadas a infancias y familias en situación de vulneración de derechos.
“Estamos siempre trabajando, aunque muchas veces nuestro trabajo es silencioso. La situación es preocupante y requiere que el Estado vuelva a estar presente”, concluyó.