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Simulaban ser una familia que viajaba a Paysandu para pescar, pero en realidad eran narcos

La organización operaba desde Buenos Aires y ocultaba droga en vehículos con destino a Paysandu, Uruguay
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Redacción 7Paginas

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Tras seis meses de investigación, la Policía de la provincia de Buenos Aires logró desarticular una organización criminal que traficaba cocaína a Uruguay bajo la fachada de viajes familiares de pesca y turismo. La banda, vinculada a un cartel peruano, fue detenida en las últimas horas con un cargamento de casi 14 kilos de cocaína oculto en un automóvil. Seis personas fueron arrestadas y el caso es investigado por la jueza federal de San Martín, Alicia Vence.

La organización utilizaba el paso fronterizo Colón–Paysandú, simulando ser familias que se dirigían a Uruguay con fines recreativos. Sin embargo, los investigadores constataron que en realidad transportaban bloques de cocaína ocultos en compartimentos especialmente modificados en los paneles de puertas de los vehículos.

La investigación comenzó con una denuncia anónima y permitió comprobar que la banda operaba en San Martín, San Miguel y José C. Paz, donde también comercializaban y distribuían la droga en el mercado interno. Desde un domicilio ubicado en Villa Ballester, propiedad del presunto líder de la banda, se acopiaban y acondicionaban los estupefacientes en un Volkswagen Gol Trend, que luego era trasladado por un “pasador” acompañado por su familia para no levantar sospechas.

El último intento fue frustrado cuando el vehículo fue interceptado en la Ruta 12, a la altura de Zárate. Allí, la policía descubrió los ladrillos de cocaína escondidos en las puertas del automóvil. Para sostener la pantalla de viaje familiar, el vehículo contenía cañas de pescar, pelotas y hasta un oso de peluche rosa, este último utilizado presuntamente para ocultar el dinero recibido en Uruguay.

Según los investigadores, el valor del cargamento oscilaba entre 7.000 y 10.000 dólares por kilo en Uruguay, y podía triplicarse en Europa, donde la banda también proyectaba extender su red a través de rutas marítimas.

Los ladrillos de cocaína llevaban un sello con la figura de un colibrí de las Líneas de Nazca, símbolo que confirmaría su procedencia de un cartel peruano. Además, se determinó que la organización no sólo usaba rutas terrestres, sino también rutas náuticas clandestinas, con salidas desde muelles privados en la zona de Tigre.

“La estructura criminal estaba liderada por Jonatan R., quien cumplía un rol de mando y planificación estratégica, articulando una red familiar operativa en varios distritos bonaerenses”, señalaron fuentes policiales.

Los detenidos se negaron a declarar ante la jueza Vence. La causa continúa en curso y no se descartan nuevas detenciones ni la vinculación con redes de tráfico internacional más amplias.

Con información de La Nación

Redaccion de 7Paginas